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viernes, 5 de agosto de 2011

SIN "CUCUFATERÍAS" ENSEÑAR LA RELIGIÓN, CIVISMO Y AMOR A LA PATRIA. LA EXPERIENCIA DE UN CATÓLICO PERUANO. ES APLICABLE A TODAS LAS RELIGIONES E IDEALES.

El Señor de
los Milagros
Recuerdo de niño que mi Iglesia de San Vicente de Paul en Surquillo, no era lo suficientemente espaciosa para recibir los Domingos a quienes concurríamos a oír la Santa Misa, luego de los Sábados de Catecismo. Había una menor población que la actual. Los Jueves y Viernes Santos, se colmaban los Templos de fieles dispuestos a vivir la Pasión de Cristo. Hoy hay más gente y menos concurrencia. Nuestra primeras oraciones de la noche, son herencias de nuestros padres que, con toda humildad y sin exigencias, nos hacían rezar hasta que se nos hiciera costumbre. Ya somos veteranos y oramos como cuando éramos niños.

Evoco a mis profesores del Colegio Fiscal y en todos los años de esa Educación Primaria maravillosa, dar la bienvenida a sus alumnos, observar las reglas de higiene: manos, uñas, pies y, sin ofender a los niños, poco a poco acostumbrarnos a llegar impecablemente limpios. Los que no estaban aseados, iban a la Dirección y eran notificados sus padres para la correspondiente corrección. No existían los Derechos del Niño. Sí, la Educación Cívica, Moral y Religiosa que era brindada por los propios profesores. Existía el cuaderno de Dibujo, el de Caligrafía y para los menos artistas, el papel de copiar.

Nuestra Bandera y
los Símbolos Patrios
Era la década de 1940 y quienes todavía subsistimos de esa generación, recordamos con cariño y nostalgia a esos profesores que nos inyectaban sus conocimientos y fueron verdaderamente nuestros maestros y guías. En todos esos años, ya ingresados al salón, con toda la unción del caso rezábamos un Padre Nuestro, un Ave María y un Angel de la Guarda. Tres sencillas oraciones con la mente despierta y ávida de aprender. En casa y al terminar la jornada , era costumbre el rezo aprendido de nuestros padres. ¡Cuánto rogábamos al Señor para salir bien en los exámenes! Todo era cuestión de creer y salíamos muy bien.

Evoco también a nuestro primer Director de Primaria Don Angel Fernández Dávila, a quien promociones anteriores, como mis hermanos mayores, habían apodado graciosamente como "el Carioco". Tenía toda la figura del gallo en mención y gozaba de una fama de severo. Ante la formación general de niños, antes y después de las clases, nos daba la bienvenida y nos recordaba a José de San Martín, Miguel Grau, Francisco Bolognesi y  Alfonso Ugarte, agregando una reseña oral a sus virtudes de Héroes de la Patria. Cantábamos la Marcha de Banderas y nuestro Himno Nacional, con verdadera unción patriótica.

Colegio Nacional
"Ricardo Palma".
Se estudiaba de Lunes a Sábado y siempre aquel querido "Carioco", tenía recomendaciones de respeto a los ancianos, cortesía con las damas, ceder el asiento en los tranvías y las famosas reglas de buenos modales de  "Carreño". Conservo aquel librito de mi padre y que también sirvió a mis hijos. Es una cadena que se inició en la niñez y que cultivamos en nuestros hogares. La cosecha en general ¡muy buena! Promociones de aquella gloriosa educación, es latente en quienes egresamos del emblemático Colegio Nacional "Ricardo Palma" de Surquillo. Sólo las canas y las huellas del tiempo, marcan la diferencia. Seguimos unidos y para siempre. Estamos dejando huellas.

Tan sencillo que resulta la formación del futuro peruano. ¿Por qué la Corrupción y la Delincuencia no tuvo efecto fatal en nuestra generaciones? Porque creímos en Dios, en sus Mandamientos y supimos respetar la memoria de nuestro héroes y mayores. A alguien se le ocurrió, a modo de aliviar al alumno de obligaciones, suprimir las clases de Educación Cívica, Moral y Religiosa. Hasta el Dibujo y el Arte fueron erradicados. Qué horrible equivocación. ¿Por qué no volver a ese pasado glorioso? Es nuestro aporte a los nuevos Ministros y autoridades que afrontan estos temas. Hay que reeducar. Parece sencillo ¿no? Gracias.