No soy el primero ni el último que opinará algo diferente con respecto a la Boda Real de Inglaterra, vista con toda su pompa y majestuosidad por la televisión en el mundo. Seré franco en manifestar que no tenía el más mínimo interés en verla y cumplí con mi deseo. Pero, los noticieros y toda la prensa escrita en vistosas páginas a todo color, nos sorprenden con los datos de lo millonaria que resultó. Lo que no entiendo es el por qué de tanto interés en publicitarla. ¿Cuál es el mérito de los contrayentes?
Si analizamos con serenidad el despilfarro, podemos asegurar que no existe razón para tal cosa. Desde un punto que defina mi crítica, sólo es el nieto de la Reyna que, por instintos propios de la naturaleza, busca pareja y la encuentra fuera de su entorno real. ¿Ya es un "mérito"? Ha encontrado a la sucesora de "Lady D". Pero ¿qué ha hecho el joven heredero de la corona británica para merecer tanta bullanga? Su padre el príncipe Carlos, tan torpe como sus acciones, no deja huellas que merezcan orgullo para sus vástagos.
Lo extraño es que Inglaterra es un país con su tradición monárquica y su población del orden de los grandes estados súper desarrollados. La llamada nobleza real es herencia de un pasado no muy santo y moral. Su historia no es ejemplar y, si observamos cómo se creó la nobleza, peor aún. Recordemos las viejas películas de reyes y héroes épicos, que pintan de cuerpo entero los abusos y atropellos que ejercieron en contra de sus rivales para llegar al poder. Las famosas coronaciones a costa de los impuestos contra el pueblo, otra evidencia.
Así surgen los "nobles". Se da en todos los reinos. Se entronan para siempre y, por los siglos de los siglos, sin necesidad de batallas y por curioso respeto a la tradición, se repiten bodas con toda la magnificencia que acabamos de presenciar y que emula a la del príncipe Carlos y Diana. ¿Qué algo de real valor ha hecho en su vida Carlitos? Nada. Hasta se divorció y ocasionó un tremendo gasto a su mami. Y sigue tan fresco, vuelto a casar y conviviendo con su dama con la que realiza "obras de bien social".
Bueno sería que todo lo bueno que realizan estos personajes reales, lo hicieran con el esfuerzo de su trabajo. No. Nunca trabajaron ni trabajarán. El verbo que conocen es "travagar". Sin embargo, son objeto de reverencias y hasta tienen un teatro real para sus espectáculos preferidos. Es que la tradición no puede olvidar lo nefastas que fueron las maneras de ¿cómo llegaron al trono? Y seguirán allí por los siglos de los siglos. Cosas que no entiendo ni entenderé jamás.
Todo lo poco que hemos ganado en la vida, ha sido con verdadero esfuerzo y siempre entregado a la nobleza de mi trabajo. Es el orgullo de nuestros hijos. Pero, ¿cuál es el orgullo de estos seres "irreales"? Es que ¿no existe el cine para crear fantasías? Hay que seguir con las fantasías "reales". Gracias a Dios eso no pasa por aquí, aunque hay personajes que han pretendido hacerlo y hasta su familia se cree heredera de aquel trono imaginario. Por eso postulan a la Presidencia de la República. Mucho cuidado. Gracias.