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jueves, 2 de febrero de 2012

MONSEÑOR SALVADOR PIÑEIRO GARCÍA. PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL Y PARA NOSOTROS: "MI CARDENAL".

Monseñor
Salvador Piñeiro
García.
Un sacerdote amplia mente conocido y que goza de un carisma especial para su misión. Dueño de una oratoria singular y con todas las dotes que Dios les da a sus elegidos. Tuve ocasión de verlo en persona en la Misa del Año de nuestro padre, allá por el 1989 en una Parroquia de San Miguel. Todo un artista en su expresión. Un modo de cautivar a los fieles y recorriendo los pasillos del gran salón, como queriendo llegar a cada uno de los presentes. Sin rebuscar palabras y directo a su cometido. Salvar almas.

Fue realmente un privilegio oírlo. Recuerdo que al salir del templo y él se hallaba despidiendo a los concurrentes a la Misa, se me ocurrió agradecerle su hermosa elocución y me despedí de él diciéndole "hasta la próxima mi Cardenal". Me escuchó y sonrió con beneplácito, pero hubo un tonito especial en su voz que me indicaba que aquello era una misión imposible. Yo había comentado con muchos de los concurrentes que Monseñor Piñeiro tenía todas las cualidades para erigirse en el próximo Cardenal del Perú.

Carismático
Me da gusto que haya sido electo Presidente de la Conferencia Episcopal del Perú y reemplaza nada menos que a Monseñor Cabrejos. Uds. se preguntarán, ¿de dónde sale este Serván con tanta familiaridad con el clero peruano? No es así. En lo que escribo están siempre mis amigos artistas y Monseñor Cabrejos es hijo del que fuera gran cantor de tangos e ídolo de mis padres y que se llamó "Paco Cabrejos", al que admiré a través de la radio y tuve ocasión de tratar en Canal 4 de televisión-

Soy un mal practicante católico y confieso que falto a todas las reglas que deberían cumplirse. Estoy en el grupo de los que dicen que creen a su manera. No le hacemos daño a nadie y siempre llevamos a Jesús y la Virgen María con nosotros. Concurrimos a Misa cada vez que se nos va alguien. Eso si, oramos con devoción y le pedimos a Dios por su alma. Está en nosotros el recuerdo del Catecismo de nuestra niñez y esa Primera Comunión preparados por el Padre Daniel en San Vicente de Paul de Surquillo.

Elocuente
Me desvié de lo que comentaba sobre Monseñor Salvador Piñeiro García. Verlo en la televisión y siempre con ese afecto a todos los que le rodean. Salvando con altura algunas impertinencias de los periodistas y que parece han perdido respeto a nuestra Santa Religión. Esa gente nueva del periodismo televisivo, chicas reporteras y que tratan a un personaje que, por su investidura, debiera serlo con reverencia. Pues no. Simplemente se refieren a él como Salvador Piñeiro y hasta le cambian el apellido y le dicen "Piñeira".

Es pedirle peras al olmo. Me da pena ver Iglesias vacías, sin concurrentes y siendo cada vez más grande la población limeña. Que me perdone el Cardenal Cipriani, a quien conocí como buen basketbolista y, siendo tan preparado y con un verbo tan especial, no logre, a través de su alta investidura, elevar la Fe del pueblo peruano. Hoy que hay tanta desunión entre peruanos, necesitamos a un hombre como Monseñor Salvador Piñeiro García. Su nombre es clave. Podría ser la salvación moral del Perú. ¿Un milagro? DIOS nos escuche. Gracias.