Esta es una nota de agradecimiento a una señorita trabajadora de MAPFRE, encargada de oficina en Lince y que, considerando el dolor que nos aflige por la pérdida de mi señora esposa, sabe ponerse en esta situación y ha comprendido que sólo hay una manera de"complacer al cliente": Brindarle apoyo moral y toda la paciencia posible. Hubo incidentes en el transcurso de tan dolorosa prueba para nosotros y que, sin ánimos de crítica perversa, damos a conocer. Ella responde a Magaly Flores Olave. Tiene misiones específicas en su cargo y las sabe cumplir. Esa es nuestra primera impresión.
Los primeros contactos con ella fueron con nuestros hijos Zoila Gabriela y Juán Carlos, heridos sentimentalmente como nosotros. Quizá esté acostumbrada a lo que la rutina conduce y nuestra impresión, luego de esta experiencia con MAPFRE, es positiva. No nos agrada abusar de la libertad de expresión que tenemos en este medio. Pero, no todo es igual en esta empresa. Se trata de poner en relieve la responsabilidad que deben mostrar quienes atienden a la gente dolida. En un principio y luego de recibir las atenciones de Magaly, fuimos a parar en manos de Juán Muñoz, en el local principal de la Av. 28 de Julio en Miraflores.
Pudimos ver que se trataba de un experimentado trabajador, pero que tendría sus motivos para decirnos que a él no le correspondía atendernos y nos volvió a las oficinas de Lince. Insistimos para tratar nuestro objetivo con otra persona, pero mantuvo su negativa. Muy cordial y quedamos sorprendidos cuando, contestando una llamada telefónica, no tuvo frases muy buenas sobre el Campo Santo Mapfre de Huachipa y en donde reposan los restos de mi señora esposa. "Que había servido allí y todo eso era un "pandemonio". Quedamos desconcertados. No lo quiero culpar, pero para eso hay orejas que oyen e interpretan todo. No aceptó nuestro reclamo.
En efecto, hubo un incidente en el traslado hacia el cementerio y la carroza se tuvo que detener hasta en tres oportunidades por recalentamiento del motor. La hora del entierro estaba fijada a las 4 de la tarde. Casi una hora de retraso. En plena Av. Javier Prado, los deudos y acompañantes tuvimos que sufrir esta angustia. Finalmente llegamos, luego de etapas de alta velocidad que dejan mucho que desear. La recomendación del señor Muñoz, es que nuestra queja debía ir al "Libro de Reclamos" que funciona en Lince. Nos dirigimos al señor Franck Estela, joven ejecutivo, que nos atendió con mucha comprensión y nos volvió a dejar en manos de Magaly Flores.
Finalmente, ella, superando todo lo anterior, nos atendió y puso remedio al problema. Tenemos más de 20 años aportando nuestras cuotas y que descuidamos los últimos meses, justo por la enfermedad de la titular y que falleció. Estamos a la espera de una respuesta positiva y que ratifique que MAPFRE-FINISTERRE es un paraíso para sus socios. Tenemos el presentimiento de que así será. Estamos a la espera de estos servicios, cuatro más de los miembros de nuestra familia. Este es el primer artículo que reseñamos, luego de superar en algo el tremendo dolor que nos aflige. Dios y el alma de mi querida Antonieta, nos protegen y dan fuerza para seguir en la vida. Gracias.