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sábado, 23 de julio de 2011

LOS PROGRAMAS DE TELEVISIÓN Y ALGUNOS DE SUS PROTAGONISTAS.

"Carlos Cacho!
Siempre en Lima nos hemos caracterizado por copiar. Ningún programa podría decirse que es original, creación propia. Los "creativos". que así se denomina a quienes tienen "las brillantes ideas", se inspiran en programas extranjeros para realizar sus producciones. En otro caso, los creativos son los dueños del Canal. Disfrutan de bondadosas vacaciones y de esos viajes de placer, ven algo que les agrada y lo traen para que sus "productores" se encarguen de realizarlo. No digo el nombre de un famoso "telecaster" que todos saben quién es pero, alguien nos pidió nuestra opinión y aquí se las entrego.  

Soy franco en decirles que veo muy poco y me limito a los informativos por necesidad de noticias. El fútbol me apasiona y más cuando interviene la selección peruana que, si triunfa, es objeto de los más ardientes vivas y felicitaciones y, un poco más, ganan el Mundial en sueños. Pero, cuando pierden, pobres jugadores y el entrenador. Son víctimas de toda la decepción que sufren, más como aficionados a este deporte que, como críticos o analistas serenos y sin apasionamientos. De lo más aburridos. No creo ser el primero que lamenta la poca calidad de los llamados programas de entretenimiento de hoy en día. 

"La Chola Chabuca"
Se pasan en las mañanas, al mediodía y por la noche. ¿Cuál es la necesidad de contratar afeminados para la animación? Hubo un tal Cacho, muy femenino, que hoy padece del olvido. Tenía su gracia y como "único" podía pasar. Lo grave es que ahora abundan. Fungen de animadores estos seres extraños y que no son buen molde para la educación. Otros, varones, hacen el papel de "locas" y se sienten estrellas. Los críticos de espectáculos que han invadido las pantallas, simple y llanamente son "chismosos". Todos en general. Desde el que tiene mayor sintonía, fama y publicidad, hasta los nuevos. Ningún aporte a la cultura del país. 

Chabacanos y muchos de ellos groseros. Sin ningún respeto al televidente y con su insinuación nada graciosa de que si a alguien no les gusta, tienen un aparatito para cambiar de canal. Lo más grave, es que no tienen la culpa. Son los dueños que les permiten hacerlo y las autoridades de Gobierno. No existe reglamento alguno para que la televisión lo acate y obedezca. Nada más aberrante que ver a un llamado imitador que disfruta denigrando caricaturéscamente  de quienes caen en desgracia y satiriza cobardemente al caído. ¡Es que se cree gracioso! Se mofa de los eclesiásticos y hasta del Papa. 

"Carlos Álvarez"
No respeta las creencias del pueblo católico y exagera el vocabulario grosero y mordaz, consecuencia de ser  acomplejado por alguna desgracia interna que lleva sobre sus espaldas. ¡Qué se va a igualar a los originales imitadores de antes. No conocieron a Angel Crespo ni a Carlos Rodrigo. Aquellos imitadores del ayer, no imitaban a la gente en son de burla como lo hace ahora el "imitador de moda". Creaban con sus maravillosas mil voces, personajes propios y que causaban verdadera gracia en el oyente. Nombraré a "Pelito, el niño travieso" o la procesión del Señor de los Milagros en la voz de Crespo. 

Programas de radio y que nos permitían dar rienda suelta a nuestra imaginación. "Malambito", aquel moreno criollo de Abajo el Puente y "Takeo Tashima", el japonés inmigrante que supo abrirse campo en la bodega o la peluquería y que cobraban vida en la voz de Carlos Rodrigo. Personajes graciosos y que no ofendían a nadie. El propio Juvenal Malpartida "Pachitea", un imitador del provinciano oriental y sano en todo sentido. Dirán que han cambiado los tiempos y que no estamos en onda. La verdad, prefiero continuar con mis gratos recuerdos y evitarme la televisión puro crímenes, escándalos y sin mensaje alguno. Gracias.

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